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Arquitectos: EG Arquitectura & Asociados, Karina Vinocur
- Área: 200 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Daniela Mac Adden
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En el centro comercial de City Bell, una antigua vivienda suburbana de estilo "Chalet" ha sido transformada en Mére, una panadería y café de especialidad que fusiona tradición y contemporaneidad. El proyecto parte del concepto de la masa madre, tanto como ingrediente principal de los productos como metáfora de la transformación del espacio, orientando la intervención arquitectónica. La distribución del programa se organiza en tres naves.
La nave central, revestida en piedra Bali, alberga la barra y la cocina, conectando al cliente con los procesos productivos visibles. A la derecha, una nave lateral ofrece espacios de seating delimitados por grillas metálicas que continúan en los cielorrasos y paredes, creando continuidad y ligereza. A la izquierda, el patio semicubierto integra la naturaleza circundante de City Bell y brinda un respiro al interior. En la planta alta, una nave transversal, paralela a la vereda y conectada con la terraza, ofrece una zona más íntima y contemplativa, ideal para reuniones o trabajo.
La materialidad es clave en la narrativa del proyecto. Chapa blanca y grillas metálicas generan superficies continuas que dialogan con la estructura existente. La cerámica de gres hecha a medida, con piezas únicas, aporta un toque artesanal a la experiencia del usuario, reforzando el carácter personalizado del lugar. El concepto de podio actúa como un dispositivo narrativo y funcional. Más allá de su función física, organiza y delimita los diferentes espacios dentro del proyecto.
Los podios, manifestados a través de sutiles cortes en el solado, funcionan como umbrales que marcan transiciones entre áreas, dotándolas de características y experiencias particulares. El podio de la vereda marca la transición entre el espacio público y el área de encuentro, mientras que el podio central, revestido en piedra Bali, invita al usuario a ingresar al corazón del proyecto: la barra y la cocina.
Los podios laterales, en microcemento, delimitan las áreas de mesas y asientos sin interrumpir la fluidez visual. El contraste entre los podios de piedra y de microcemento refuerza la dualidad entre lo simbólico y lo funcional, permitiendo que cada sector mantenga su identidad propia.
El patio, concebido como un espacio de transición entre lo construido y el entorno natural, es un punto central del proyecto. La luz natural penetra a través de las tramas metálicas, creando un juego de sombras que conecta interior y exterior.
Las terrazas en la planta alta permiten una mayor integración visual con el entorno urbano, mientras que el blanco omnipresente amplía visualmente los espacios, generando una sensación de ligereza en una estructura originalmente cerrada. Este proyecto trasciende el concepto de una simple panadería, proponiendo un espacio de transformación y encuentro, donde la arquitectura, la gastronomía y la experiencia sensorial convergen en un diálogo constante.